«Hola Eduardo buenas tardes.
Después de 3 meses hoy por fin fui valiente y te escribo para contarte lo que me pasó por mi irresponsabilidad como madre.
Profesaba ser la madre más protectora del mundo, me creía una muy buena alumna de tus publicaciones, era víctima de burlas entre mis amistades por “excesiva» y un día por dejarme llevar de los afanes me pasó a mi:
estaba sola con mi bebé en un centro comercial y aburrida de esperar un ascensor, pasaban y pasaban llenos con personas sin ninguna discapacidad, el bebé lloraba fastidiado y del desespero se me dio por montarme a las escaleras eléctricas con el coche. Claramente por mi irresponsabilidad, mi bebé se me cayó. Fue horrible, la peor experiencia vivida, sentía que el mundo se me iba a acabar, que el bebé se iba a morir, pero gracias a Dios no le pasó nada, solo un raspón, ósea NADA para lo que hubiera podido pasar.
El mensaje es para los padres, que a veces están desesperados: más paciencia, más de la que tenemos. Nunca cometer la brutalidad que yo hice.
Y para las personas que frecuentan centros comerciales: conciencia con el uso de ascensores, es prioridad para personas discapacitadas y para familias con coche.»